El día de boda de Dolia García, al llegar a la casa de su esposo, los suegros le exigieron dinero con excusas absurdas y la forzaron a firmar un acuerdo prenupcial que violaba sus derechos. Ante tanto abuso, Dolia estalló. Decidió dejar atrás a la familia tóxica de su esposo, recuperó su identidad como hija de un magnate y se marchó con su hijo.