Casa de Empeño Dragón
Cuando era niño, Fernando Lago, dueño de la Casa de Empeño Dragón, fue salvado por el maestro de la familia López. Para devolver el favor, se ofreció a sí mismo como pago, entrando a la familia como yerno y asumiendo el papel de un tonto. Más tarde, su esposa, Nieves López, bajo la manipulación de Víctor Huerta, el primogénito de una de las ocho familias más influyentes de Nubel, decidió divorciarse de Fernando. Tras enterarse de esto, Fernando despertó su furia y recuperó todos recuerdos...