Elías Alba, un dibujante atrapado en su propio cómic, descubrió su poder divino: ¡todo lo que dibujaba cobraba vida! En este mundo, derrotó a tribus rebeldes, burló las trampas del traidor y, en la batalla final, creó un ejército de tinta que aniquiló a los invasores y salvó el reino. Al coronarse emperador y besar a su diosa... ¡todo se vino abajo!