Del cielo cayó un angelito de fortuna
La santa fénix celestial y el mortal Alfredo Rivera tuvieron una hija, Fortuna, por amor. Cuando Fortuna tenía siete años, la santa fénix la envió al mundo mortal para buscar a su padre. Por casualidad, Fortuna salvó a su abuela, quien la adoptó y la acogió en la familia Rivera como hija de Alfredo.