Clara nació con sordera congénita y, a los tres años, fue diagnosticada con poliomielitis. Su madre, Teresa, fue su refugio... hasta que el cáncer la obligó a cambiar. Para enseñar a su hija a sobrevivir, Teresa se volvió cruel, dejando a Clara llena de dolor y malentendidos. Solo cuando fue demasiado tarde, Clara entendió el amor que no supo ver.