Alma, heredera de la Santa de Valcárcel, compartió un veneno vital con Álvaro para salvarle la vida. Pero él la traicionó, destruyó el veneno y casi la mata. Fue rescatada por la Gran Sacerdotisa y regresó al pueblo para cultivar el Santo Veneno. Álvaro lo robó, provocando la muerte de la sacerdotisa. Al descubrir la verdad, Alma expuso la conspiración y se vengó.