La villana adorada
Teresa Gómez se reencarnó como la villana secundaria de un libro y tuvo tres hermanos feroces. El primer día, vomitó en la mano de Manuel Fernández, le "lavó" la mano con agua hirviendo y luego le dio un cabezazo a Ricardo Ramírez en el ascensor... terminando en su cama. Se volvieron a encontrar en un banquete de cumpleaños, donde Ricardo ahora fue el temido jefe villano.