Cinco años después de tener un hijo con Álvaro, Amaris reapareció cuando su hijo fue diagnosticado con leucemia. Desesperada, quiso vender el amuleto de los Rivas, sin saber que la poderosa familia buscaba al heredero perdido. El destino los volvió a unir en el despacho del presidente, donde el amor volvió a encenderse y esta vez, sin frenos.